9/ Islas

Las islas siempre tienen algo de mágico, como de micromundo o de pequeño planeta de esos que descubrían los exploradores espaciales en los tebeos. Desde la costa esos pedazos de tierra en medio del oleaje parecen errores geográficos que por alguna extraña razón terminaron allí.

En las islas todo es más lento y más silencioso. Prisa mata, dicen en Marruecos. Las barcazas semidestartaladas y tripuladas por marineros con la piel quemada por el fuego del sol no cesan de acercar mercancías y viajeros que han recorrido cientos o miles de kilómetros para alcanzar ese pequeño territorio sobre el agua. Embalajes de papel higiénico, cervezas, comida, ropa, muebles… viajan sobre los techos de barcos desde otros puertos.

En las islas las construcciones suelen tener cierto aire de decadencia por la erosión de la humedad, el viento y la sal. También de provisionalidad, supongo que por la omnipresencia del mar, que continuamente recuerda a sus habitantes que salvo él todos los demás estamos de paso.